COMUNICADO ÁREA DE MUJERES, PEREGRINACIÓN 25 DE ENERO 2017

Mujeres durante la peregrinación del Pueblo Creyente en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 25 de enero (Fotografía: Frayba)

Hermanas y hermanos:
De las distintas comunidades que participamos en esta peregrinación; Agentes de Animación y Coordinación Pastoral, Hermanos Obispos y todas las personas aquí presentes. Seamos Bienvenidas todas y todos.
Con estas palabras las mujeres queremos recordar dos cosas que hoy nos convocan aquí:
  1. El recuerdo de la Pascua de jTatic Samuel Ruiz García vivo en nuestros corazones y nuestro caminar.
  1. Los 25 años que como mujeres creyentes de la Diócesis llevamos peregrinando y Alabando a Dios y, como María de Nazaret, en el Área de Mujeres decimos hoy “nuestra alma Glorifica al Dios de la Vida, porque hace maravillas”.
Hace 25 años en la Asamblea Diocesana de 1992, se aprobó como Área Pastoral diocesana, el Área de Mujeres. Las mujeres siempre hemos estado presentes y activas en el proceso y caminar diocesano. El Concilio Vaticano II, que en el Decreto sobre el Apostolado de los Seglares nos dice: “en nuestros días las mujeres tienen una participación cada vez mayor en la vida de la sociedad, es de gran importancia su participación, igualmente creciente, en los diversos campos del apostolado de la Iglesia.” Estas y otras palabras del Concilio movieron el corazón y el accionar de hermanas pastorales que en aquellos años caminaban por las comunidades de nuestra Diócesis.
A la luz del mensaje del Concilio y animadas por la Palabra de Dios las hermanas pastorales observaban el sufrimiento y la pobreza de las comunidades, la organización y la lucha por la tierra y por la sobrevivencia. En ese tiempo también el movimiento Catequístico animaba mucho a las comunidades que tantos frutos está dando en la iglesia diocesana. Las mujeres “estábamos encerradas en las casas, y no solo encerradas, sino excluidas, silenciadas, explotadas, con la mayor carga de trabajo, con sufrimiento por la pobreza y muchas veces víctimas de la violencia familiar, social y eclesial” éramos como mujeres estériles.
Así nació nuestra Área de Mujeres, con la motivación surgida desde la Palabra de Dios y la situación dolorosa que vivimos las mujeres.
Fuimos las mujeres invitadas a organizarnos en grupos para leer la Palabra de Dios desde nosotras mismas e ir descubriendo la dignidad y los derechos que tenemos como personas, creadas a imagen de Dios. Ese Dios liberador que nos comparte su misma vida y nos sueña viviendo en igualdad y equidad entre mujeres y varones. A muchas mujeres nos gustaba asistir a los grupos y compartir nuestros sufrimientos, alegrías, deseos, enseñarnos, acompañarnos, aconsejarnos y aprender unas de otras. Empezaba así este nuestro largo camino de resistencia, búsqueda, liberación y esperanza.
Poco a poco nos fuimos comunicando y relacionando las mujeres de los diferentes grupos de las parroquias y Zonas de toda la Diócesis. Como a María e Isabel, es el Espíritu de Dios que nos junta, como un viento que pasa, sube en unas partes y baja en otras. Las mujeres vamos experimentando que la Palabra de Dios leída con Ojos, Mente y Corazón de Mujer, cambia nuestras vidas y nos va haciendo mujeres fecundas para la iglesia y la sociedad.
Participamos en la realización del III SÍNODO diocesano que nos confirmó el modo de ser iglesia en nuestra querida Diócesis. Nos dice en muchos de sus números cómo debe ser la vida de las mujeres creyentes en esta iglesia. Es necesario que las mujeres asuman su responsabilidad en la construcción del Reino y en la realización de las opciones diocesanas” N° 216, y en otros dice: “organícense para promover talleres de formación, encuentros, reuniones, sin olvidar que la mujer debe ser sujeto de su propia formación. La Palabra de Dios ha dado a la mujer conciencia de su dignidad y ellas han aprendido a trabajar en comunidad y con sus hermanas de manera integral”
Para ir viviendo todo esto que manda el SÍNODO fuimos reflexionando, buscando y tomando acuerdos en las reuniones, encuentros de zonas, parroquias y nos propusimos construir nuestra Casa en San Cristóbal. En estos 25 años hemos crecido en nuestra Fe, nos reconocemos y valoramos a nosotras mismas, somos conscientes de nuestra identidad como mujeres, aprendemos a decir nuestra palabra, a participar en diferentes Áreas e Instancias de la Diócesis y de la sociedad civil.
En un Encuentro de representantes allá en la Nueva Primavera en que reflexionábamos el Texto de Juan 20, cuando María Magdalena se encuentra en el sepulcro con Jesús Resucitado y la envía a anunciarlo, jTatic Samuel nos dijo: “También yo las envío, vayan y sean luz para otras mujeres y anuncien lo que ustedes viven en el Área”.
Agradecemos al Dios de la Vida las maravillas que se dan en nosotras y por nosotras. El gozo que experimentamos al ver los avances logrados en el Área en estos más de 25 años.
Hacia delante vemos lo mucho que falta para que el querer de Dios sea realidad en la iglesia y en la sociedad. Con la formación que compartimos en los Ejes: Análisis, Género, Cultura y estudio de la Biblia, documentos de la iglesia y otros vamos descubriendo y entendiendo cómo ha sido y es tratada la mujer a través de toda la historia de la humanidad. La razón del por qué hay tanto dolor y sufrimiento en el corazón de las mujeres. 
Las tradiciones, las culturas, algunos usos y costumbres de los pueblos no reconocen ni valoran a la mujer como persona. El patriarcado, el machismo y el clericalismo se esconden y disfrazan en la familia, en la sociedad y en la iglesia. Las mujeres tenemos derecho a decidir como queremos que sea nuestra vida y a participar en todo. Que no sean otras personas quienes decidan por nosotras. Que en las familias, parroquias, zonas no sean los catequistas, diáconos, sacerdotes los que decidan si hay o no Área de Mujeres en las comunidades.
Sentimos que el Área de Mujeres aún no está hecha ni terminada. La vamos haciendo en el caminar vivenciando al Dios con nosotras que nos ama. Compartiendo entre mujeres nuestros saberes, reflexionando, trabajando, luchando y lo hacemos con mucha alegría y gozo en el corazón. Expresamos nuestro agradecimiento al Dios de la Vida que nos permite ir haciendo este camino en la iglesia.
Jesús llamó a las mujeres al discipulado. Compartió con ellas su proyecto, a través de profundos diálogos teológicos, como desde la transparente, amorosa y tierna relacionalidad interpersonal.
Este año jubilar es una gran oportunidad, que nos invita a tomar en serio y a trabajar arduamente para que se haga realidad el anuncio jubiloso de la dignificación de las mujeres. (Núm 24 y 28. Jubileo de las mujeres, año 2000).
Si queremos ser fieles a nuestra misión cristiana, no puede seguir la escandalosa brecha entre lo que la iglesia proclama en su enseñanza acerca de la dignidad de los derechos de las mujeres y la realidad de marginación que ellas viven en la iglesia y en la sociedad. (Núm 57 jubileo de las mujeres).
Invitamos a las mujeres a este espacio del Área para que desde nuestro ser mujer aportemos a la iglesia de Jesús cuya misión es hacer presente el Reino de Dios en la historia.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. 25 de enero del año 2017.
 






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